martes, 25 de agosto de 2009

Subirían las retenciones a la soja.

Que medidita muchachos, se viene otro enfrentamiento grandecito.
A pesar de eso, desde ya estoy apoyando la idea, porque la medida implicaría la quita de retenciones en Maíz y Trigo, de modo que se favorecería aun más la desojización y se sacaría mayor ganancia fiscal del yuyito de oro. Y eso sin contar con que además se satisfacerían la demandas de los ruralistas de hacer que convenga sembrar los alimentos tradicionales para dejar de caer en el monocultivo.
Sin embargo no creo que los dorigentes lo tomen tan bien.

Claudio Lozano, dijo a este diario (Crítica) que en la actualidad, con retenciones del 35 por ciento a la soja, “los márgenes de ganancias son superiores a los que existían en junio del 2007 cuando las retenciones estaban en un 27 por ciento”. Fuente: Crítica

P.D. : Hay que ser huevón para votar una ley sin darse cuenta. Lo de la ley de emergencia agropecuaria es algo que no se puede creer, y que puede traer mas de un problemita.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quilla comparto. Hay que subir las retenciones a la soja y bajar las otras.

Para evitar chicanas de cualquier tipo, habría que hacerlas con una entrada en vigor posterior, es decir, que las retencioens a la soja más alta deberpian ser para la siembra que viene, así no te acusan de cambiarle las reglas de juego en medio de la siembra/cosecha.

Por otro lado y respecto al tema de la Ley de Emergencia, es verdad lo que decis, pero ayer esuché a AgustíN Rossi, salir con los tapones de punta, porque se habrpian violado varios procesos internos del congreso. Es llamativo, como anunciaron que la ley suspendía retenciones una vez sancionada y no antes!. Hay gato encerrado.

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Nuestra oportunidad histórica

Se ve llegando al fin el hecho sin precedentes de la independencia latinoamericana, pues al fin seremos dueños de nuestra propia secundariedad, curados ante el tiempo próximo de toda afección aquileica y una hibris en las entrañas capaz de lograr en la humanidad un renacer sin precedentes que se hace necesario con urgencia ante el hedor de la podredumbre del geriátrico europeo donde los siglos de vanguardia han llegado manifiestamente a su fin. Ante la filosofía senil de la decadente civilización occidental se levanta el espíritu plenamente subjetivo y carnal de las tierras del sur. Miren la fortaleza de nuestros lazos interpersonales, observen el amor que aquí se profesa; No hay como aquí; Gentes hermosas, llenas de esperanzas, que precian sus vidas al punto de no comprender cosas del tipo “somos la nada en el mundo”, “nada tiene sentido”, pues aquí la salud y la juventud rebasan el alma. No tenemos aquí altísimos índices de suicidios, tenemos nuestra gente a la que amamos, y solo por ellos tiene sentido apagar nuestras vidas; Su individualismo, su sociedad disociada, fácilmente sucumbirá a la primera de nuestras embestidas, y hasta nos lo agradecerán.