domingo, 7 de junio de 2009

No es lo mismo


Hay protestas y protestas, pero una cosa es que uno quiera comida, trabajo y dignidad y otra muy distinta es querer poder, e ingresos mayores.
Lo primero es lo elemental y lo que hace del ser humano, una persona digna y plena, por lo tanto es lo que legitima todas las revueltas y revoluciones, desde la de mayo hasta la de 2001.
Ahora, querer mas dinero aun teniendo todas las condiciones de vida necesarias para el desarrollo personal, y por sobre los que no lo tienen. No se hasta que punto puede legitimar cualquier tipo de reprensión por la fuerza.
La protesta es algo que desde ya debe permitirse, pero una cosa es protestar y otra es protestar con violencia.
La ley más allá de justa o injusta, tiene como finalidad la tranquilidad popular y la convivencia.
La violencia viola la ley, así que si no es por aquellos derechos fundamentales, entonces no hay modo de fundamentar tal atrevimiento que no sea un argumento digno del darwinismo social, como la fuerza hace al derecho, o la supervivencia del más fuerte y cosas de ese tipo.
Son diferentes las protestas que uno puede legitimar de acuerdo al carácter de la demanda. Una demanda abarca muchos mas tipos de lucha que otras, y a eso lo aceptamos todos, sino nadie alabaría a San Martín o al mismo Cristo, que eran grandes violadores de la ley.
La justicia social viene a ser quien fundamenta todas las cosas del vivir en sociedad inclusive la ley. Y esta no podrá ser olvidada por causas egoístas y acaparadoras de un sector.
Pero la cuestión se complica cuando el que busca lucro dice defender aquellos principios fundamentales y se ampara en ellos para violar todo lo que respecta a la convivencia de un estado de derecho. Ejemplos de esto abundan en todas las escalas, desde las invasiones imperialistas en pos de “libertad” para los pueblos, hasta el atentado contra las instituciones democráticas y la violencia contra sus autoridades, para defender la “honestidad y la dignidad de la nación”.
De ese modo se permiten, escondiendo sus verdaderos intereses o engañándose y creyéndose su propia mentira, avanzar sobre todas las cosas sin el menor freno moral a la vista. Cosa por demás peligrosa porque no es sino un vale todo.
En fin, no es lo mismo protestar por un sueldo digno o por educación por medio de piquetes en las calles de las ciudades, que hacerlo por mayores ingresos y por medio de piquetes, pero no en las calles, sino en las rutas de abastecimiento y por tiempo indefinido, avanzando de ese modo sobre todos los derechos fundamentales de la gran mayoría de los ciudadanos de un país.
Aquí no se ha analizado lo legítimo o ilegitimo de un reclamo determinado, lo que se intento poner en evidencia es la proporción que un reclamo debería tener con su modo de protesta, porque un niño que sufre de hambre o de enfermedades curables no es igual de reprochable en su subversión contra la ley, que un adulto gordo de asados en una chata ultimo modelo; y no porque no tenga razón en su reclamo, sino porque es abismal la diferencia entre la injusticia que sufre uno y la que sufre otro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad, que lo que usted plantea es un hecho trascendental. Protestar es un derecho, como la libertad de prensa. Ahora, se puede hacer y decir lo que uno quiere?
Es evidente, que el tipo que está luchando por más riqueza, lo hemos escuchado, tiene una muy remota idea de lo que es vivir en comunidad. Cuando De Angelis plantea que "nosotros aportamos 2000 millones de retenciones y nos devuelven 200", está enunciando claramente el tema de fondo. EL RICO NO QUIERE DISTRIBUIR SU EXCESIVA RIQUEZA. Y lo dice muy bien Randazzo "para haces eso, es necesario sacarles a los que más tienen, para darles a los mas pobres.
Aunque a Mauro Viale, eso le parezca "confiscación".
Usted nombra a Jesús, y tiene mucha razón, porque mucho de esos tipos se llenan la boca hablando de ël y van a misa los domingos, y piensan que por dejar unas monedas de limosna se ganan el cielo. Son los hipócritas, los páganos, los gentiles. Jesús, ese que tanto nombran, dijo que vale más la monedita del pobre que todos los billetes (quele sobran, por otra parte) del hombre rico.

El Quilla dijo...

De vierde man
Tenés razón,EL RICO NO QUIERE DISTRIBUIR SU EXCESIVA RIQUEZA y por eso, otra vez, cuando van a la iglesia, o dan limosna, apuntan a esos derechos fundamentales que ennoblecen al hombre. Justifican con eso su dignidad por sobre los demás y de ese modo se permiten hacer todo lo que quieran por su propio bolsillo.
El ser humano se niega a ser incoherente consigo mismo, entonces debe escudarse como pueda en esos principios. Eso es grave, que haya personas que se engañan a propósito por conveniencia, porque es una deliberada fuga de la realidad en perjuicio de todos los que conviven con ellas.
Un abrazo.

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Nuestra oportunidad histórica

Se ve llegando al fin el hecho sin precedentes de la independencia latinoamericana, pues al fin seremos dueños de nuestra propia secundariedad, curados ante el tiempo próximo de toda afección aquileica y una hibris en las entrañas capaz de lograr en la humanidad un renacer sin precedentes que se hace necesario con urgencia ante el hedor de la podredumbre del geriátrico europeo donde los siglos de vanguardia han llegado manifiestamente a su fin. Ante la filosofía senil de la decadente civilización occidental se levanta el espíritu plenamente subjetivo y carnal de las tierras del sur. Miren la fortaleza de nuestros lazos interpersonales, observen el amor que aquí se profesa; No hay como aquí; Gentes hermosas, llenas de esperanzas, que precian sus vidas al punto de no comprender cosas del tipo “somos la nada en el mundo”, “nada tiene sentido”, pues aquí la salud y la juventud rebasan el alma. No tenemos aquí altísimos índices de suicidios, tenemos nuestra gente a la que amamos, y solo por ellos tiene sentido apagar nuestras vidas; Su individualismo, su sociedad disociada, fácilmente sucumbirá a la primera de nuestras embestidas, y hasta nos lo agradecerán.