viernes, 25 de octubre de 2013

Otro bello domingo


(Vueltas)

Ya es domingo, primera y última jornada, que hermoso día, estos así de calorcito son especiales, como esperé que llegara toda la semana, ya son las 6 así que en un rato ya salimos con los chicos. La cerveza esta distinta hoy, así fresquita y con los muchachos es otra cosa.
Qué más puedo pedir. Como me hacen reír. El Luisito los mira a todos. Va aprendiendo el tipo.
Se me lleno de gente la vereda, por suerte acá en casa no pasan muchos autos y podemos tirarnos tranquilos en el pasto para no joder a los viejos adentro. La vieja de al lado por ahí jode un poco, pero hoy se ve que no tiene ganas de molestar. Genial.
Ya deben estar por llegar los muchachos, y van a pasar por acá a buscarnos, deben ser como treinta, somos de los que más gente llevamos. Es que el Mono se maneja con muchos de los pibes, por suerte es amigo mío desde la primaria y nos llevamos bien.
La verdad que la cerveza no puede estar más buena, ya llevamos como dos cada uno, y con un día como este ya está, no se puede pedir más, así vale la pena.
¡Fa! Que desgraciados, ya se siente el ruido de la manada, deben estar como a cinco cuadras y es como si estuvieran en la esquina. A los chicos se les tuerce la boca con una sonrisita de escuchar ese sonido. Creo que Lucho va conmigo, es piola el loco, y está conociendo la movida, pero tiene quince años nomas, así que está descubriendo todo, pero es muy comprador y ya se hizo querer.
Ahí llegaron, hasta este pensamiento lo hago como gritando, con el tremendo ruido no me escucho ni la conciencia, terrible. Llego el Mono, amigazo, le voy a dar un abrazo.
Uy y ahí está la gringa, que linda que es, la verdad es increíble, hasta parece que con su sola presencia se silenciara el desastre de ruido que hacen estos desgraciados. No da para ir a saludarla, está del otro lado de la calle y voy a tener que cumplir con todos los otros, un embole. Ya tendré tiempo cuando nos juntemos con el grueso de la gente en la placita…
Bueno, ya salimos, como apuran los caraduras, llegan como una hora tarde y les da la urgencia. La cara como piedra tienen. No se cómo no se les cae.
¡Vamos nomas! Estoy sordo creo. Que linda tarde. El vientito esta ideal, cierro los ojos varios metros y parece que volara.
¿Y a este qué le pasa? Se cruza como si nada. Está desquiciado el cabezón este, pobre Luis casi lo tiro al carajo.
Me voy para adelante así no se me cruza ningún salame mas y de paso lo saludo al Mono.
Agarrate Luis que le damos pata un trecho ¡Jojo! Cómo paso ese tipo. Me está insultando me parece, que se joda, si quiere andar con la cara larga toda la vida que se la banque solo, que no me venga a decir que yo tengo que ser como él. A mí no me va a parar ningún viejo aburrido.
Se me aprieta Luisito, parece que hay un poco de miedo. Vos tranquilo que yo se lo que hago.
Voy a pasar cerca de la Gringa así me ve.
Me mira ¿A ver? Me voy a fijar de nuevo. Si, se hace la tonta pero me mira. Que hermosa sonrisa me hizo. Qué día espectacular. Qué saben los viejos esos lo que es la vida, lo que es el aire. Nos escuchan y ya se les deforma la cara. No saben nada.
Qué pasa que se van todos a un costado. Qué es eso. Un palo, un pozo.
Qué hizo el Luis. Quién es ese. Qué tengo en el brazo. Quién me llama. Qué linda que es la Gringa. El Mono está muy adelante ya. Hubiera estado linda otra cervecita. Que hermosa tarde.
Va bajando el ruido, te acostumbrás tanto que te das cuenta cuando para nomás. Es como que el silencio es mas ruidoso y mas molesto. Ahí viene el Lucho. Está nervioso, supongo que es lógico. Y ahí vienen los otros. Qué raras esas nubes de las tardes de primavera, que se estiran y de un lado al otro cambian de un color naranja fuego, a un violeta mas oscuro y un gris medio blanco.
Tengo mojada la espalda, pero no estoy tan incómodo. Igual me invade una tristeza bastante pesada. Dónde están los chicos. El Lucho se fue ya capaz. Que venga la gringa un rato aunque sea. Quién es este. Es insoportable la gente que se pone nerviosa y molesta a los demás. Ojala que se vaya.
Estos otros parecen buenos. Pero me quieren mover. Porqué no me dejan en paz me pregunto yo. ¿Es posible que con el dolor que tengo en el brazo me lo vengan a manosear así? Parece que me voy a tener que ir con ellos, encima con toda la espalda mojada, voy a ensuciar todo. Quien me manda a venir acá. Ni se dónde estoy a decir verdad. Mañana me van a putear en el laburo. Pero voy a tener que pegar el faltazo. No va a quedar otra.
Che, que cara que tiene este otro. Y los chicos donde están. A donde estamos yendo. Me quiero sentar un rato. Es al vicio intentarlo. Tengo todo pegoteado.
Llegamos parece, al fin. Que apuro que tiene este de la cara tapada. Voy a tener que comprarme una bici ahora, al menos voy a bajar esta pancita. Tanto que me costó.
Qué hora será ya. Ay que cimbronazo, este viejo es medio tonto. No ve que me cuelga el brazo. Por fin vamos a entrar. Que horrible que es la luz de los tubos fluorescentes, me deprime bastante, y me hace doler la cabeza. Es raro como pintan las paredes blancas arriba y de color abajo. Porqué será.
Ojala me traigan una remera limpia. Ni se que pantalón me puse, ni puedo saberlo. Ojala no se haya roto. Ya veo que es el que me regaló mi hermana la semana pasada.
Que hace toda esta gente. Todos mirandomé. ¡No! Que hace ese estúpido cortandomé la ropa. Como si tuviera mucha. Tan lindo estaba el airecito afuera. Y este me tapa todo con esa tela. No los veo mas.
Porque me miraba, y encima sonrió. Se habrá reído de mí. Tan bonita es y con el pelo así volando. Y yo como un pavo acá. Qué pensará de mí. Cómo voy a andar haciendo papelones así. No tengo ni chance. Y ese cielo, ya debe estar de noche hace rato.
Qué harán los chicos. Espero que no sepan que estoy acá. Que vergüenza. Cómo voy a andar de nuevo por ahí, con qué cara. ¡Ay! Que estarán haciendo estos tipos. Me gustaría decirles que me dejen ir de una vez. Me hacen cosquillas y también me duele. Todo mugriento debo estar encima. Y tengo toda la remera dura en la espalda. Creo.
Menos mal que sacan esta basura de tela, igual me cuesta respirar un poco, quiero ir afuera. Que cara fea este hombre. ¡Mi Mamá! Cómo llegó tan rápido. Tiene la cara toda hinchada. Espero que no haya estado llorando. Que estúpido que soy. Donde estará Luisito. Que distinto que es todo cuando me agarra la mano. Pero llora. Que no llore por favor. Se me hace un bollo en la garganta y me asfixio mas. Menos mal que sale ese aire fresco por el cosito verde este.
Como le apretaría la mano, pobre vieja. Qué culpa tiene, como si nunca me hubiera dicho. Cero caso le hice. Y bueno, que me voy a lamentar ahora.
Porque corren. Que hace este tipo. Tanta fuerza hace y ni me doy cuenta. Que terrible escena. Se abrazan por lo menos. Si me tapa de vuelta con la tela no voy a poder ni respirar. Que lo parió me la tiro encima. Pero no me molesta demasiado.
Ahora adonde iremos. Así no veo nada. Parece que cerraron la puerta. Estoy solo. Que hago. Que rara sensación. Ni siquiera estoy triste ahora. Y estoy bien a decir verdad. Si no he abierto la boca, pero no he parado de hablar en ningún momento. A quién le he dicho todo esto. Quien me escucha. Se pierde todo en la nada. Pero si no muevo la boca, entonces en realidad ni siquiera he dicho nada. No he dicho nada y no lo ha escuchado nadie. Que clase abismo es este ¿No me escucho yo al menos? Pero quien se entera de que yo me escucho. Será que me cerré en mí mismo. Será consecuencia de mi propio egoísmo haber llegado a este estado de solo existir para mí.
Vaya uno a saber dónde estaré ahora. Y qué hora será, y qué día será. Qué importancia tiene. Nada tiene ninguna importancia. Para quien va a tener importancia ¿Para mí? O sea para nadie. Ni el año sé.
Hay algo raro igualmente en esta situación. Quien es este que habla tan cansadoramente. Mi cerebro se debe haber secado ya quizás. Y estoy pensando. Esto está en contra de lo que pienso. Igualmente. No veo porque un cerebro lleno de húmedo debería tener esta luz y uno seco no.

Qué pasa ahora. Otra vez este perro lamiéndome la cara. Uy son las 4.30 ya deben estar llegando los chicos. Qué bueno que compré las cervezas a la mañana. Ya deben estar bien fresquitas. Que hermosa tarde para pasar con los pibes. Espero que la vieja de al lado se quede en el molde por lo menos hoy. Ahí llegó Luisito parece.
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Nuestra oportunidad histórica

Se ve llegando al fin el hecho sin precedentes de la independencia latinoamericana, pues al fin seremos dueños de nuestra propia secundariedad, curados ante el tiempo próximo de toda afección aquileica y una hibris en las entrañas capaz de lograr en la humanidad un renacer sin precedentes que se hace necesario con urgencia ante el hedor de la podredumbre del geriátrico europeo donde los siglos de vanguardia han llegado manifiestamente a su fin. Ante la filosofía senil de la decadente civilización occidental se levanta el espíritu plenamente subjetivo y carnal de las tierras del sur. Miren la fortaleza de nuestros lazos interpersonales, observen el amor que aquí se profesa; No hay como aquí; Gentes hermosas, llenas de esperanzas, que precian sus vidas al punto de no comprender cosas del tipo “somos la nada en el mundo”, “nada tiene sentido”, pues aquí la salud y la juventud rebasan el alma. No tenemos aquí altísimos índices de suicidios, tenemos nuestra gente a la que amamos, y solo por ellos tiene sentido apagar nuestras vidas; Su individualismo, su sociedad disociada, fácilmente sucumbirá a la primera de nuestras embestidas, y hasta nos lo agradecerán.