miércoles, 3 de febrero de 2010

Del fundamentalismo montonero

Resulta que ahora el nombre objetivo de la designada para el BCRA es ya no el de oficialista, pues el que realmente le corresponde es el de HIPER oficialista.
Si así fuera podrían decir que Carrio por ejemplo es una HIPER opositora, pero al menos yo no he visto que se la califique así, en todo caso dirían que quizás es HIPER realista, jajajaja (Porque ve en la realidad mas realidad de la que hay –osea que delira-).
Un híper oficialista es algo así como un ser mas oficialista que el oficialismo, o bien un sujeto salido de las sectas del fundamentalismo kirchnerista.
Busqué híper y dice que denomina, no algo muy grande como yo pensaba, sino algo excesivo. Híper es un exceso de algo, lo que sea.
Todo esto nos dice que Clarín esta informándole a sus lectores, que tanto aprecia, que Marcó del Pont es “excesivamente” oficialista, y algo excesivo nunca es virtuoso, porque ya nos decía Aristóteles que toda virtud tiene un defecto y un exceso, y según esta nota, la nueva jefa del banco de todos los argentinos, si ser oficialista en sí no es lo que ellos llamarían una virtud, es una persona que tiene un exceso en ese aspecto.

Quizas este de mas reirse de la incoherencia del informativo clarinete, pero hace un tiempo decian que Marco del Pont era una moderada:

Click imagen para ver la nota

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buen post. Como una cosa la miran de una forma y la misma cosa la miran de otra forma cuando les conviene.

Primero la mala palabra era ser oficialista, luego más grave era ser ultraoficilista y ahora hiperoficialista. Y lo mismo cuando deriva de kirchnerismo, ultrakirchnerismo e hiperkirchnerismo.

Saludos.

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Nuestra oportunidad histórica

Se ve llegando al fin el hecho sin precedentes de la independencia latinoamericana, pues al fin seremos dueños de nuestra propia secundariedad, curados ante el tiempo próximo de toda afección aquileica y una hibris en las entrañas capaz de lograr en la humanidad un renacer sin precedentes que se hace necesario con urgencia ante el hedor de la podredumbre del geriátrico europeo donde los siglos de vanguardia han llegado manifiestamente a su fin. Ante la filosofía senil de la decadente civilización occidental se levanta el espíritu plenamente subjetivo y carnal de las tierras del sur. Miren la fortaleza de nuestros lazos interpersonales, observen el amor que aquí se profesa; No hay como aquí; Gentes hermosas, llenas de esperanzas, que precian sus vidas al punto de no comprender cosas del tipo “somos la nada en el mundo”, “nada tiene sentido”, pues aquí la salud y la juventud rebasan el alma. No tenemos aquí altísimos índices de suicidios, tenemos nuestra gente a la que amamos, y solo por ellos tiene sentido apagar nuestras vidas; Su individualismo, su sociedad disociada, fácilmente sucumbirá a la primera de nuestras embestidas, y hasta nos lo agradecerán.