miércoles, 22 de abril de 2009

La libertad es algo ficticio o real


En este sintético ensayito me gustaría expresar lo que entiendo por libertad, de manera que me parece apropiado expresarlo por medio de la reinterpretación de una anécdota sucedida durante el renacimiento, muy interesante si se toma en cuenta que quizás la concepción vigente tanto hoy como en aquel momento, para el común de las personas, haya apuntado al punto equivocado.

Si bien se llegará a una libertad tética y otra antitética, luego intentare, de acuerdo a lo permitido en la brevedad del trabajo, desterrar la idea de una libertad libre de causas y después la de una libertad e n un mundo perfecto.

Parte 1°

Recién entrado el siglo XVI, en uno de los mas orgullosos estados italianos, concretamente la republica de Florencia, surgió un dilema con un hermoso trozo de mineral que habían conservado durante un buen tiempo. La roca, por cierto, no cualquier roca, sino, un mármol de Carrara, tenía una particularidad, y esta era que además de su altura considerable, su estrechura la hacia objeto de temor de toda clase de artistas. Digo artistas porque lo que querían los fiorentinos era que en ella fuera tallado David, con quien la solitaria republica sentía una identificación frente al Goliat de las fuerzas papales y del resto de la Italia de aquel momento.

El desafío que venía a representar la roca causo la negación de numerosos artistas, hasta el mismo Agostino de Duccio debió abandonar su trabajo cuando había dado un par de cinceladas.

Fue así que con buen grado de desesperanza, acudieron a un conciudadano que se había ausentado durante el ultimo lustro en Roma. Este hombre haría frente a la labor y luego de aceptar la propuesta, mostró en su proceder una actitud que, si se toma a libertad como posibilidad de logro de lo buscado, destacaba por su capacidad de encontrarlo. Los otros artistas habían resultado ineficientes para dar vida al rey hebreo, y su modo de proceder, aunque razonable de un primer vistazo, si se lo ve mas de cerca se mostrara carente de virtud, por lo tanto de libertad para hacer lo que busca.

Ellos en su inspiración imaginaron a David y con él su heroísmo, su arrojo, su emoción, y su perfecta anatomía; pero sucedió que cuando abrieron los ojos, la realidad dio un golpe demoledor a sus sueños. En fin, la roca era como una dura puerta a la grandeza, pero como tal, solo un verdadero grande podría acceder. Pero el grande estaba allí, y paradójicamente, al igual que los otros era un gran soñador, o sea que su diferente condición, no radicaba ñeque no soñaba; con lo que no habría hecho demasiado, o sea, habría aceptado el mármol como estaba (con un par de hendiduras e intentos de Agostino, por lograr su inspiración para luego abandonar) sin pretender logro alguno; Su virtud radicaba en la manera de soñar; soñaba con los ojos abiertos, de modo que en a que mármol veía a David preso, y en su inspiración se develaba como si de su liberación se tratase. Logro que permitiría que fuese su obra contemplada por los fiorentinos y por que no Italia y el mundo todo.

Pero concretamente ¿qué diferencia a este hombre de quienes sueñan con sus ojos cerrados? Bueno, estos sueñan cosas que aceleran sus corazones y erizan su piel, pero sus párpados les impiden poner en orden la máxima de la libertad, que ellos conocen como “debo poder lo que quiero”, lo que determina por su inversión "la llave", sí, pero la que cierra su calabozo.

Así, si describiera lo que hace el soñador de ojos abiertos diría: sueña el mundo y en el ubica su sueño, o sea, su sueño nunca pretendería ubicar el mundo en sus entrañas. Esto simplemente por la imposibilidad de semejante cosa, lo cual es claramente visible si se toma en cuenta que al ubicar su sueño en el mundo y no a la inversa, le es posible leer la máxima en el orden que lo hace virtuoso, y es: “debo querer lo que puedo”.

Así es como se anda seguro y quien lo hizo en aquel momento no fue otro que Miguel Ángel, y su David no solo deslumbro a los fiorentinos, sino a Italia y luego al mundo entero.

Parte 2°

Donde es que buscamos la libertad ¿En el caos? ¡Es que queremos meter el mundo en nuestro sueño trasnochado! No, me parece que estamos errados, el mundo no se subordinara nunca a caprichos infantiles. Podremos en la medida que podamos. Que gran obviedad que parece, sin embargo mas de uno no lo entiende. Pero este mundo no es terrible como alguno pretenderá, pues solo en él es plausible la libertad. Acaso no es este el mas hermoso de los mundos posibles. Cómo seria la libertad en otro mundo que por ejemplo descarte lo que algún niño caprichoso llamo la cárcel determinista de las leyes de causalidad. Me imagino lo vacío y tonto que seria ese caos tremendo. ¡No hay motivo para actuar sin motivo! A quien se le ocurre. Eso no es posible; seria nada, pues, se trataría de una acción contradictoria en si misma. Para que haría algo sin motivo.¡No tendría sentido, pues, el sentido es un motivo! Para que querría yo librarme de los motivos, eso mas que libertad es un absurdo.

Parte 3°

Otro inconformista me dirá: Pero cómo que es hermoso un mundo en el que se vive luchando, hay frío, hambre, peste, dolor, guerra, humillación. Tanto sufrimiento, ante esto la muerte es un descanso. No, no hay sentido sino en la vida perfecta del paraíso prometido. Bueno, todo esto es lo que aquel diría, pues yo le tengo una buena noticia que le caerá mal. Sobre el paraíso le diré que si, es una verdad comprobable. Es así: en realidad el paraíso no se diferencia en nada del infierno y la nada (y el todo). Allí no existe el mal, no hay nada que solucionar, no hay nada que lograr, todo esta logrado. No hay nada que hacer y uno es inútil porque no tiene utilidad. O sea, la libertad no tiene allí posibilidad.¡Ni siquiera se es libre de lamentarse de la propia inutilidad! Uno es feliz a la manera de un poco de tierra, no desea, no peca, no sufre, no muere, tiene todo lo que pretende; Y no pretende porque quien pretende no tiene o tiene de manera perecedera.

En fin tiene, solo tiene. Sin diferencia con lo que se dice: Del polvo venimos y al polvo vamos. Si, ese lugar existe y allí están juntos Napoleón, Hitler y la madre Teresa de Calcuta. Pregunto entonces.¿No es que la libertad tiene algún sentido gracias a la posibilidad de fracaso? No hay sentido en cuidar niños si no pudiera pasarles nada. Yo no comería si no existiera posibilidad de hambre. Busquemos soluciones. Ahí esta el único sentido y la única libertad posible.

Si bien hay bastantes mas aspectos pertinentes al tema, me parece que aquí esta lo mas importante. Para terminar diré que no encuentro motivos para cuestionar de modo serio la libertad como nos es dada en este hermoso mundo. En el caso que se diga, el determinismo causal imposibilita la libertad, como quien diga, libertad es hacer lo que se quiere, y quien postula que solo quienes salven sus almas conocerán la verdadera libertad, ya estoy en condiciones de afirmar que han errado de un groso modo. A ellos propongo entonces,”deben querer lo que pueden”*. No mas y nunca menos.

*Quiero poner en claro que poder aquí no se refiere a estatutos y leyes vigentes ni tampoco a un afán conservador, todo lo contrario, sino que se debe apuntar a un fin realizable.

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Nuestra oportunidad histórica

Se ve llegando al fin el hecho sin precedentes de la independencia latinoamericana, pues al fin seremos dueños de nuestra propia secundariedad, curados ante el tiempo próximo de toda afección aquileica y una hibris en las entrañas capaz de lograr en la humanidad un renacer sin precedentes que se hace necesario con urgencia ante el hedor de la podredumbre del geriátrico europeo donde los siglos de vanguardia han llegado manifiestamente a su fin. Ante la filosofía senil de la decadente civilización occidental se levanta el espíritu plenamente subjetivo y carnal de las tierras del sur. Miren la fortaleza de nuestros lazos interpersonales, observen el amor que aquí se profesa; No hay como aquí; Gentes hermosas, llenas de esperanzas, que precian sus vidas al punto de no comprender cosas del tipo “somos la nada en el mundo”, “nada tiene sentido”, pues aquí la salud y la juventud rebasan el alma. No tenemos aquí altísimos índices de suicidios, tenemos nuestra gente a la que amamos, y solo por ellos tiene sentido apagar nuestras vidas; Su individualismo, su sociedad disociada, fácilmente sucumbirá a la primera de nuestras embestidas, y hasta nos lo agradecerán.