Otro caballito de Troya, y siempre vienen igual.
Llegan siempre de la misma manera, primero el gobierno los acoge por ser amplio y transversal, y después se los tiene que comer por disentir con ellos en cuestiones básicas.
Y lamentablemente es así, y lo mismo le paso a Perón.
Esta gente entra en el cuerpo fuerte y vital del movimiento en el auge de este, pero cuando las cosas se hacen un poco difíciles y es necesaria la unidad para enfrentar al que no cesa en sus ofensas, ahí es que se despiertan y comienzan a funcionar carcomiendo desde las entrañas mismas al portador.
Es como sucede en la medicina con los virus que se mantienen latentes durante años, y cuando contrae un día una enfermedad aparentemente inofensiva se despiertan inesperadamente sorprendiendo al pobre hombre.
Ya tenemos a dos de estos huéspedes, y son terriblemente peligrosos, porque aun sin margen de acción alguno, traban y amenazan ante cualquier acción constructiva.
Qué hacer, y bueno, hay que saber bien esto que sucede con la transversalidad. Y no digo no ser más transversales, sino que cuando se es una cosa se es eso mismo, y cuando se es la otra se es la otra. Cuando se dejo de ser lo que se era, inmediatamente deberían haberse echado a estos personajes, de los cuales, si observamos bien quedan varios en estado latente.
¿Cual?
Digamelo usted.....
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